Estas puertas fueron construidas en colaboración
por elfos y enanos: Narvi, el mayor artesano de los enanos en aquel tiempo,
diseñó y construyó las puertas mismas, mientras que Celebrimbor, Señor de
Eregion, las decoró con ithildin. Las Puertas estaban construidas de
forma que pudieran abrirse desde dentro, simplemente empujándolas. Desde el
exterior, ninguna fuerza podía mover las puertas, excepto la contraseña
inscrita en ellas; entonces se abrían solas, hacia los lados, hasta tocar la
pared de roca. Esa contraseña era la palabra élfica mellon, que
significa amigo.
En la Tercera Edad, cuando la
Compañía del Anillo optó por atravesar el reino de Moria tras fracasar en su
intento de cruzar las montañas por el paso del Caradhras, el valle de Azanulbizar
se hallaba anegado por las aguas del Sirannon y transformado en un lugar sombrío
y tenebroso.
Mientras Gandalf trataba de
descifrar las escrituras de ithildin, el hobbit Peregrin Tuk le preguntó
como iba a conseguir abrir las puertas, lo que le valió una severa reprimenda por
parte del viejo mago.
“Golpearé a las puertas con tu cabeza, Peregrin Tuk. Y si
eso no las echa abajo, tendré por lo menos un poco de paz, sin nadie que me
haga preguntas estúpidas. Buscaré la contraseña”.
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